Una imagen... para cada ocasión...

martes, 8 de mayo de 2012




Imagina...



Lápiz sobre cartulina de color. 


...lo que quieras...

Cuando creía poder abrir  los ojos e imaginar cualquier cosa, me daba cuenta que cualquier cosa era imaginar que abría los ojos.
Me había empeñado en imaginar que veía tantas cosas que cuando realmente quería hacerlo lo único que hacía era imaginar que imaginaba cosas.

¿Por qué mi cabeza intentaba hacer siempre lo que no quería hacer? ¿Por qué no podía organizarme momentos en los que ponerme triste y momentos en los que pudiese ignorar lo que ya no iba a volver?  En cambio, siempre me entraban ganas de llorar cuando no debía hacerlo.

Cuando estaba delante de ella, era entonces cuando la imaginaba. Cuando creía poder verla. Pero al ver que mis ojos seguían abiertos, que ella estaba frente a mí y  yo no podía verla, que ya no volvería a hacerlo, eso era…



Acuarela 


En cambio, cuando estoy sola, cuando no hay nadie conmigo y puedo llorar, entonces mis ojos se secan y puedo pensar con claridad.
No tengo edad para ponerme quisquillosa. Ya he visto todo lo que tenía que ver en el mundo.

Aun así, como un ritual antes de que ella vuelva y me diga que Nuca, el cachorro que siempre la acompañaba, se había vuelto a escapar, cierro los ojos y me la imagino. Imagino como era antes de que mis ojos dejasen de ver el mundo.

-Abuela, Nuca se ha ido definitivamente. –me dice con aire triste. –Creo que ha encontrado una familia.
Como en todo el mundo, el tiempo no se detiene por nadie. Mi niña ya no es tan pequeña como cuando la vi por última vez, y Nuca ya no debía ser un cachorro como recordaba.

Entonces, mientras mi nieta se marchaba de nuevo, creía poder abrir los ojos e imaginar cualquier cosa, sabiendo que cualquier cosa, ahora que volvía a estar sola, sería poder abrir los ojos. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario